viernes, 8 de noviembre de 2013


Noches infinitas sin poder dormir. Días demasiado largos sin saber cómo dar un paso más; estoy cansado de correr tras esas pesadillas de las que me despierto ahogado entre gritos. No te puedes ni imaginar lo duro que es ver como todo el mundo vive luchando tras sus sueños, mientras yo sé que jamás voy a cumplir alguno de ellos; mientras yo respiro la amarga soledad a la que llevo condenado bastante tiempo. Y me busco entre este vacío emocional y ni si quiera soy capaz hallar una parte de mí. Tanto he tenido que ver para saber qué secreto esconde una mirada que ya me pierdo en tus ojos por costumbre.
Cuento los días, pero es tanto lo que el tiempo me está torturando que ya ni si quiera puedo cargar con cada una de mis merecidas condenas a la espalda. Y mis lágrimas ahora están maquilladas de impotencia, de rabia, de ira acumulada desfogada contra una pared cualquiera. Ahora sé que el peor ejemplo que me pudieron enseñar fue el de creer en uno mismo pasase lo que pasase; ahora sé que todo puede acabar aquí, mientras tu te acabas tu whisky barato...
No hay nada mejor que poder sobrevivir con un boli, papel y Stairway to Heaven de fondo. No hay ninguna forma de desahogo que me ayude más de lo que me ha ayudado ya esta. Y sí, puede que lo que escriba solamente sea un delirio provocada por haber salido a fumarme tantas veces las calles a su lado; es un delirio sí, pero es lo único que me ayuda siempre a seguir adelante aunque nada tenga sentido...Es la única forma que he encontrado de entenderme a mí mismo...

En contadas ocasiones tienes que morderte la lengua para intentar evitar así soltar toda la mierda que empieza a desbordar por todos y cada uno de tus poros, es eso  que te va destruyendo por dentro más rápido de lo que llegas a creer.
Incluso hay veces que no puedes hacer nada más que tragar hacia dentro todo eso mezclado con el poco orgullo que te queda, a pesar de que así, notes que el corazón acaba bajando, de forma grotesca, en dirección hacia tu estómago.

Nunca he sabido para qué coño he nacido pero sé por lo que vivo y de qué vivo. Vivo para luchar por cambiar a mi manera un cachito de mundo, por concienciar a la gente, para intentar que no se sigan auto convenciendo de una mentira, que no se va a solucionar nada con títeres al mando de toda esta mierda. Vivo por proteger y por luchar por mis ideales, por lo que creo que es justo. Vivo para esto. Para salir a la calle a gritar y defender mis derechos. Vivo para luchar. 
Y sé de qué vivo...Poco a poco ha ido pasando el tiempo y me he ido alejando más y más de cada recuerdo en el que era feliz y ahora de eso vivo, de ahí se alimenta mi melancolía y eso es lo que me quita vida, demasiada. Porque miro hacia delante siendo un parásito de algo que no me ayuda a seguir adelante; ya ni si quiera puedo sonreír por aquello que un día me hizo feliz. Demasiado contradictorio es vivir de recuerdos que te quitan la vida; demasiado contrario y demasiado duro es vivir siendo presa de algo que jamás podrá volver a darme un ápice de vida, por lo que jamás podré hallar un resquicio de esperanza, de aliento para un último suspiro...

Kurt Cobain


Como cada día, dependo de una droga: de la palabra, por la que me inyecto en vena miles de frases que muestran su efecto poco después al plasmarlas en un papel.

Dependo de algo que engancha, que me quema, que me desgarra, que me destruye psicólogica y físicamente. Que me ayuda a decidir cómo salir de lo peor. Que me escucha. Que aguanta mis lágrimas sin rechistar. Que me da consejo aunque resulte difícil. Que entiende hasta el último rincón de mis pensamientos. Que sabe cuántos años tiene mi alma y cuántos pueden llegar a quedarle. Que me da calor cuando más necesito abrigo. Que hace de árbitro en la lucha interna que mi cerebro y corazón mantienen desde hace mil y un inviernos. Será destructiva y cientos de cosas más pero, aunque suene contradictorio, no solo me quita vida con cada palabra que dejo en el tintero, me la da en cada línea que escribo. Es todo. Es mi noche convertida en día y mi día convertido en noche. Es lo único que tengo. El último trago al Jack Daniel's. Me faltarían horas para agradecerle cada suspiro que consiguió sacarme, porque es mi droga, mi vida. La banda sonora que compone mi tragicomedia...